miércoles, 16 de marzo de 2016

"Consejé de Departamenté"

Dentro de mi proceso de integración en mi nuevo centro de trabajo, con lo que desde luego no contaba yo era con que, recién comenzando, me tocase ya participar en un Consejo de Departamento; pero así fue este pasado lunes. En Madrid el Consejo era sinónimo de pérdida de tiempo, de larguísimas horas echadas en votaciones eternas y escuchando la retórica rimbombante de unos y otros (los habituales); pero también era sinónimo de jugosas anécdotas, de cotilleos que se prolongaban luego por los pasillos, despachos y bares hasta el Consejo siguiente… ¿y en Dijon? Pues exactamente lo mismo, salvo que ¡ay de mí!, como no conozco ni la gente ni sus historias previas, y además me pierdo entre la multitud de acrónimos que emplean los franceses para hablar de todo, pues me tocó “disfrutar” únicamente de la pesadez del mismo. Pero sí me quedo con algo bueno: antes de que pasásemos a las diatribas interminables sobre temas administrativos, el primer punto del orden del día consistió en que los estudiantes de máster recién incorporados al Departamento para hacer sus proyectos, expusiesen las líneas generales de los mismos delante de todos, exponiéndose (que no necesariamente tiene por qué ser negativo) a los comentarios o críticas que pudieran surgir, que no fueron pocos. Y, más que eso, me pareció una buena manera de que unos y otros viesen quién y por dónde se movía en la investigación del Departamento. Cosas para pensar en exportar/importar, cuando toque…

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