jueves, 19 de mayo de 2016

"Herpétreos" (Chouette Zola)

 El pasado lunes aproveché parte del festivo en recorrer otro de los recorridos turísticos "extra" de Dijon: esta vez, el loop Zola. El anterior trascurría por el extremo NE del casco histórico, y éste por el opuesto, por el SO. Empezaba aquí, en la plaza de Jean Macé, y al llegar me dije que "empezamos bien": con todo levantado por las obras y el texto de la aplicación móvil diciéndome que me imaginara aquello cuando era "un mercado medieval, con sus colores y olores...". Ya había que echarle imaginación, la verdad.

 Ni siquiera el buey éste que se ve en la foto de arriba en la esquina de una casa ayudaba a ponerse en situación, pues tanto lo habían maltratado sus cuatrocientos años de vida que más parecía una babosa...

 Y de una plaza insulsa a otra, a seguir mirando fachadas que se supone deberían llamarme la atención. Aquí, en la Place des Cordeliers, empecé a penar que al igual que el anterior este tour extra iba a ser un poco una tomadura de pelo...

 ... pero por suerte al poco se empezó a animar la cosa, con esta bonita fachada barroca de un antiguo convento carmelita. Aunque a menor escala, tanto por el estilo como por el hecho de aparecer así un poco "de la nada" entre otros edificios, me recordó mucho a la basílica de San Miguel de Madrid.

 ¡Y otro convento abandonado más!, un poco más allá, pero transformado en museo, éste. En dos, de hecho: esta parte del claustro alberga el museo etnográfico ("Museo de la vida borgoñona")...

 ... y la parte de la iglesia el museo de arte sacra. La cúpula verdosa de bronce de este antiguo convento cisterciense es otro de los hitos que, como la torre de San Nicolás de la entrada anterior, os contaba que veía a veces por la ventana sin saber muy bien qué podrían ser: otro pequeño misterio resuelto más.

 Hacemos una pausa para echar un vistazo a este macho de serín verdecillo Serinus serinus, que tenía su territorio en el jardín del museo y que cantaba muy ufano alternando entre los tejados y los árboles. Me llamó la atención verlo: en esta ciudad hay mucho verderón y mucho jilguero, pero de éstos apenas sí se ven.

 Siguiendo ruta, llegamos a la plaza de Émile Zola, que da nombre al recorrido, y que según mi teléfono destaca por ser el lugar donde antiguamente se instalaba el cadalso para ajusticiar a los que la justicia así lo determinaba. Pero a falta de horca, yo le saqué fotos a los anfibios de la fuente, para que no digáis que no salgo ya a ver bichos:

 Aquí tenéis un bello ejemplar de urodelo...

 ... y su correspondiente anuro, del otro lado.

Y última parada en la que era la primera de mi última etapa del recorrido oficial: en la plaza Bossuet, con la colegiata de San Juan a mis espaldas. Y no quiero que os fijéis en la casa de nata y fresa, sino en la otra, en la conocidísima "casa sin tejado": hogar de un antiguo panadero medieval famoso por sus sabrosísimas empanadillas... hasta que dentro de una de ellas alguien se encontró un dedo humano, con lo que  a él lo mandaron a la plaza anterior, y quemaron la casa, dejándola así de desnuda.
Y con esta historia chusca terminamos el segundo de los recorridos extra por el centro de Dijon. Como el tercero se mete en el jardín botánico, imagino que será algo más decente... ya lo veremos cuando toque.

No hay comentarios:

Publicar un comentario