martes, 8 de noviembre de 2016

Sanderlings

Ya, ya sé que os debo las entradas de Berlín... pero me da que, entre pitos y flautas, no me voy a poder poner con eso esta semana tampoco: de momento ésta me pilla bastante liado preparando por las tardes la charla que daré el jueves: ¿recordáis una primera reunión que tuvimos para hablar del tema? Pues eso, que durante todo el jueves tendremos un congresillo de (post)docs en el Departamento, en el que me toca dar la primera charla; charla que aunque ya está hecha (reciclo la de Azores) tengo que aprenderme en francés. Y a mayores hay otra serie de asuntos más sociales aún que me están robando gustosamente algo de tiempo estos días, y que ya comentaré en las próximas entradas. De momento y por si no lo habéis visto aún, os dejo con el último corto de Pixar, Piper, que me ha enseñado Andrea y que me ha pillado especialmente desazonado porque tengo muchas ganas de salir al campo, y se anuncian sin embargo muchos días seguidos de lluvia y frío. Trata sobre un simpático correlimos tridáctilo (y ya es casualidad que justo el correlimos tridáctilo no se llame en inglés "loquesea sandpiper", sino "sanderling" a secas) y la verdad es que, salvo por pequeños detalles como que los correlimos no crían en las playas en las que pasan el invierno cubiertos por su albo plumaje de ídem, sino en la tundra y vestidos por su pardo plumaje de verano, está muy bien logrado; carreritas de juguete de cuerda y trinos de limícola incluidos, que son los que me acrecientan las ganas de sacar el telescopio a pasear. Ya tocará...

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