martes, 22 de mayo de 2018

Afriversario

Burla burlando, ha transcurrido ya un año desde que un alcaraván de El Cabo echó a volar asustado por un avión que hacía lo opuesto, inaugurando mi lista de especies vistas en el sur del continente africano. Un año en Bloemfontein, en la UFS; un año que igual no ha dado mucho de sí en lo científico, pero que se ha lucido en cuanto a experiencias vitales, de lo más variopinto. Vengo ahora de cenar con mis dos hadadas madrinas, las que tan bien me cuidaron mi primer día aquí (y con las que por otra parte tampoco he tenido mucho trato en los meses siguientes), en el mismo sitio donde lo hicimos aquella vez. Hicimos un somero repaso del año, y de la situación del Departamento del que también ellas están a punto de marcharse sin mucha pena. Mucho que se podría mejorar, pero a costa de tener que vencer demasiada inercia, de tener que remar contracorriente demasiado... Decidimos irnos quedando con lo bueno al final: con la gente y (yo) con los bichos. Y ¡a ello!, que aún me quedan un par de meses largos por delante para seguir sumando recuerdos agradables de unas y de otros...

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